martes, 16 de agosto de 2011

Creyéndolo

Muchas de las cosas que me dijeron sobre "este tiempo" fueron verdad. La mayoría. Lo principal fue que de principio de año a este momento, no tuve percepción de la rapidez del tiempo. Simplemente pasó...

Y lo más importante, es que en el fondo, hay que estar a tres semanas y media del casamiento para realmente caer en que va a pasar...

Es increible cómo las cosas se fueron acomodando. Se van acomodando. Y cómo uno supera los problemas rutinarios, tratando de no volverse tan loco... Pero así lo estamos logrando. También sé que a medida que pase más el tiempo voy a ponerme un poco más sentimental. Trataré de evitar esos posts que un poco aborrezco.

Pasó mi despedida de soltera, a la cual extraño. Extraño saber que estaban preparando algo para MI. Una joda BARBARA!!!! jajaja Y extraño ese momento en el que me sentí una princesa... por no decir una policía jeje. Lo que no voy a extrañar, son los "secretitos" que mis amigas y yo llevaremos a la tumba sobre esa fantástica noche jeje ;)

El día se está acercando. Los días, bah... no olvidemos que voy a casarme también por civil. No deja de ser un acontecimiento. De hecho es el primero. De hecho es lo que nos va a declarar realmente marido y mujer... Faltan trámites, estudios de sangre, formularios... pero es la parte que menos me estresa...

Ahora sí caí en que voy a tener que hacer el ridículo, con un vestido, una alfombra roja, mi papá de la mano y yo caminando con toda la gente mirándome hacer el ridículo... Eso sí que me asusta! No quiero ni mencionar posibilidades catastróficas como caerme, que se enganche el vestido en el zapato, que se me rompa el zapato, que se inunde la iglesia, y muchas otras que ocasionalmente invaden mi mente. Por suerte mi mente nunca tuvo tanto poder...


Vamos a negar los pensamientos negativos. Vamos a olvidarnos que mi muy competente amiga compañera de trabajo hoy se fue por nuevos rumbos, que mis papás fueron a mi departamente nuevo a colocarme una cortina y se olvidaron las llaves adentro, que todavía me faltan miiiiiiiil quinientas cosas por hacer y terminar... Vamos a olvidarnos de eso y sólo a concentrarnos en: "realmente me voy a casar"

=)

miércoles, 6 de julio de 2011

El tiempo... el tiempo...

Sabía! sabía que iba a pasar tanto tiempo entre mi última y mi nueva escritura. Lo sabía hasta cuando comencé con este proyecto; y hasta creo haberlo advertido...

Como es de imaginar, a dos meses del casamiento las cosas están un poco más caldeadas. Así como los ánimos. Los nuestros y los de los demás...

La histeria y excitación que todo esto genera no tiene nombre, así como el nerviosismo. De todas maneras nos repetimos día a día: "hay que disfrutar el proceso" y es lo que tratamos de hacer.

Pensé que la búsqueda de vivienda iba a ser mucho más engorrosa de lo que fue. Sin embargo, estamos próximos a quedarnos con ella. Lo vimos, lo sentimos, nos vimos y nos decidimos. Creo que es la clave de una buena elección. Espero la vida opine lo mismo... Nos jugamos! Ya veremos los resultados...

Con esa cosa menos en la cabeza, nos podemos centrar en las cosas que faltan para EL día; y en cómo calmar reacciones ajenas. De todas maneras, mi psicóloga siempre me repetía que no se puede complacer a todo el mundo no? Con complacernos nosotros, me basta... Espero todos puedan compartir nuestra alegría, que es mucha; y nuestros nervios, que son otros tantos...

Mi modista me pone histérica. Porque me viene pateando una juntada para ir a terminar de comprar las cosas desde hace como un mes. ¿No se pone nerviosa? Evidentemente no. A diferencia mía. Las semanas pasan demasiado rápido. Entre eso y que a mí me ennnncannnta hacer las cosas con tiempo... estoy en una contradicción constante. De todas maneras, ella jura que se llega. Esperemos. Que lo termine o la muerte!!

Que estoy cansada, estoy cansada. Ansiosa más. Cagada otro tanto... pero feliz. Jugada y feliz.

Tengo que dejar de pensar en que todo tiene que salir perfecto ese día, porque va a ocurrir todo lo contrario... Lo único que no tengo que olvidar es de llevarle huevos a una monja!

miércoles, 13 de abril de 2011

Detalles

Es un tanto atemorizante cuando te comienzan a caer las fichas de todo lo que necesitás además de las cosas fundamentales.

Se podría decir que el vestido de la novia, el traje del novio y los zapatos de ambos son lo primordial a la hora de pensar en el atuendo en sí... Pero a esto le faltan tantas cosas que ni siquiera había tenido en cuenta, que me produjo un poco de estrés.

Y te avivás cuando tu madre o suegra te hacen preguntas como: "Y en el pelo, ¿qué te vas a hacer?", "¿Ya sabes donde te vas a hacer las uñas?", "¿Maquilladora ya definiste?", etc., etc., etc.

Evidentemente son detalles que se deben tener en cuenta... Aunque para mí, hasta ese momento, no se me habían pasado realmente por la cabeza... ("¿Tan mal tengo el pelo?", "Si tengo las uñas cortas, ¿quién me va a mirar las uñas?", "Es verdad que necesito maquillaje, pero ¿eso no puede hacerlo una amiga?... ¿por qué carajo ninguna amiga hizo un curso?").

A todo esto se comienza a sumar, las medias de nylon que te vas a poner (hay distintos colores, texturas, olores de medias de nylon, my got!... hay hasta medias antideslizantes!!), aros, pulsera, perfume, collar... en fin... DETALLES! demasiados para mi gusto...

Y eso que todavía no me puse a pensar en los que tiene que usar el novio... menos mal que de esas cosas, nos encargamos nosotras...

lunes, 4 de abril de 2011

El "acuerdo"

No me había percatado de lo difícil que es ponerse completamente de acuerdo con otra persona. Combinar gustos, opiniones, ideas... Es sumamente engorroso. Llega un momento en el que sería ideal que cada uno hiciera su fiesta por separado y se reunieran para la noche de bodas (Jajaja). De todas maneras, uno cede y convence. Es un trabajo arduo. Sobre todo ceder... Digamos que generalmente las mujeres nos encargamos de determinadas cosas en la organización y se nos hace mucho más facil convencer al otro. Sin embargo, en algo... en algo hay que ceder. Tengo ideas concretas sobre determinadas cosas para la "fiesta". En mi cabeza están bien detalladas. Pero todavía no logré que otra persona las viera en su imaginación tallll cual las veo yo. Es por esa simple razón, que se genera el "roce". Y ahí interviene nuevamente ese mecanismo macabro en mi organismo, que es el que ya podríamos llamar "la sensación de la milanesa" (si es que vienen leyendo el blog desde el principio). Un simple comentario errado, una duda sobre mi idea, una expresión de no gusto... es el detonante. Y ahí me encuentro en la tíiiiipica frase trillada: "no es lo que decís, sino cómo lo decís". En esos momentos... me detessssto (aunque sea cierto). Debería aprender a disimular más mis emociones impulsivas. La próxima me encierro en el baño hasta que pase... Sobre todo cuando al otro día uno se levanta y se da cuenta que en ese caso, era mejor ceder. Por ende, cede... y convence del resto. ("Bueno, en eso tenés razón... pero el resto se hace como yo decía"... tampoco vamos a ceder demasiado... no vaya a ser cosa que se acostumbre). Nota: Encontramos acolchado. Lo mejor de todo fue regatear sin intención y llevárnoslo a menor precio...

martes, 22 de marzo de 2011

Tic tac

No sé realmente por qué razón la gente se comporta como si determinada fecha fuera el límite de algo tan importante en la vida, que el transcurso hacia eso es sólo un tic tac.

Es muy difícil escapar de eso. De repente, hay que hacer muchas cosas "antes de septiembre". Y no me refiero sólo a encontrar la casa (¿?) que queremos, sino a pequeñeces que otros años han sido cotidianas y ahora se transforman en una carrera contra el tiempo.

"Tengo que terminar con mi tratamiento odontológico", "tengo que comprarme ropa ahora que puedo", "tengo que ir al oculista para el control anual", "tenemos que sacar el pasaporte", "tenemos que combinar nuestras obras sociales", "ir a buscar la extensión de la tarjeta de crédito", etc, etc, etc...

Todas estas cosas y muchísimas mas, hay que hacerlas antes del casamiento. Es como si después del casamiento, la rutina, obligaciones y responsabilidades de siempre, se fueran a desvanecer en el espacio para crear otras nuevas.

Con que se crean nuevas, no tengo dudas. Pero calculo que podremos seguir yendo al dentista, al oculista, comprarnos ropa o sacar el pasarporte.

De todas maneras, se quiere hacer todo, antes de ese día. Quizás, para empezar con esas "cosas nuevas", sin nada previo, sin nada "por hacer"... Como si hiciéramos de cuenta que nuestros dientes van a permanecer inmaculados como el sacramento y nuestros problemas de vista se detuvieran. Como si luego del casamiento, pudiéramos ignorar esas obligaciones molestas para dar prioridad a otras...

Sigamos engañándonos. Apuesto lo que quieran que a menos de un mes de haberme casado, tengo que ir a visitar a algún médico... o a comprarme ropa... o a buscar la extensión de la tarjeta que perdí...

domingo, 13 de marzo de 2011

Búsqueda...

Si tengo que decir que no soy insistente al momento de que las cosas salgan como quiero, estaría mintiendo... Y esta característica se traslada a cada uno de los aspectos que rodean el evento "casamiento"... lógicamente.

De todas maneras, esta transformación en el estado civil no sólo requiere organización en su ámbito propiamente dicho. Es decir, que mi insistencia en que las cosas salgan como quiero, no se refiere simplemente a la organización del evento en sí... Sino a todos los cambios que esto acarrea.

Luego del día propiamente dicho, viene la significación del matrimonio. Es decir, el matrimonio en sí. Y esto supone, no sólo una mudanza de cosas hacia otro lugar... sino el tener que hacerse de cosas que hasta ahora, creía inútiles. No por la función de las cosas en sí, sino porque escapan a mi entendimiento.

De repente me encuentro charlando sobre ollas a presión, Pyrex y acolchados con determinada cantidad de hilados...

Lógicamente a muchas de esas cosas no les presto la mayor atención todavía. Pero en otras, me encapricho a sobremanera.

En esta oportunidad estoy en búsqueda de un acolchado, no muy abrigado, pero no muy finito; negro liso, pero reversible, de otro color. Para una cama de 2 plazas y 1/2, que no roce el suelo y no sea muy gordo...

Créanlo o no, me está costando demasiado conseguirlo, principalmente a buen precio... Porque demás está decir que no voy a abonar $500 por un acolchado...

Así que mis días transcurren entre Mercado Libre, negocios de sábanas y mails...

Nunca pensé que esta cuestión se convertiría en un gran dilema para mí...

jueves, 10 de febrero de 2011

La práctica (parte II)

Los días continuaron como lo relatado anteriormente. Mucha paz, mucho descanso...
Hoy tuvimos que ir a la "salita" del barrio porque hace dos días me duele la garganta, y yo, a diferencia de mi novio, trato de no automedicarme. Ahora tengo que tomar Trifamox 500 en jarabe porque no puedo tragar la enorme pastilla.

Esto todavía no fue un inconveniente en la convivencia. Me la banqué bastante bien, aunque sentirme mal realmente me ofusca.

El intercambio de "opiniones" sólo se da en temas como este:
"Gordo, dejaste el recipiente en el cual tomaste el helado en la pileta de la cocina. Tuve que lavarlo yo, no es así la cosa. Si lo llevas hasta ahí, lavalo". "Sí, tenés razón, perdoná. Estoy mal acostumbrado".

Imagino que si esto me resulta aburrido a mí, lo será más para ustedes... pero no podía dejar de mencionarlo...

miércoles, 2 de febrero de 2011

La práctica

Durante mucho tiempo, principalmente en mi adolescencia, he sostenido que bajo ningún punto de vista iba a casarme algún día, sin haber convivido primero.

Las convicciones cambian, supongo... No hace falta que aclare que evidentemente, eso no va a ser así...

Sin embargo, el periodo vacacional suele servir para practicar una convivencia que el noviazgo no otorga. Es así, como en estos momento me encuentro gozando del tan ansiado descanso laboral y en miras de dos semanas con mi novio, en una casa grande y solitaria. Sólo nos acompaña el gato, Huevo (sí, así se llama).

Hoy, es el día 3. Vale aclarar que sé y soy conciente que el caracter de las personas durante las vacaciones es diferente al de "la vida real". Con eso en claro, veo objetivamente esta especie de Gran Hermano de la relación.

Por ahora, vamos bien. Es bueno reconocer que uno puede ceder muchas más cosas de las que imaginaba, así como esperar otras...
Ayer me sensibilicé por una milanesa. Sí, señor. La "chica que no cocina" se pasó gran parte de la tarde haciendo un kilo de milanesas (sacando hasta la más mínima grasa porque el novio no la tolera, machacándolas con instrumentos de cocina hasta ahora desconocidos).... Esto evidentemente sensibilizó mi autoestima y al no tener un automático "qué ricas milanesas", practicamente lloro (creo que era cansancio... cocinar me agota).

Sacando ese episodio, seguimos bien. Vaciamos y limpiamos la pileta, que todavía no utilizamos porque Febrero se vino fesquito. Este es la temperatura que adoro en verano cuando tengo que ir a trabajar... qué ironía.

La repartición de tareas viene bien. Aunque por momentos me miro en un espejo de Susanita que no me agrada tanto... Pero hay muchas cosas que realmente prefiero hacerlas yo... para variar... (hoy me trajo el desayuno a la cama).

En resumen... a tres días del simulacro de convivencia, no podría estar pasándola mejor... Voy a tratar de recordar no olvidarme que estamos de vacaciones...

domingo, 16 de enero de 2011

El caos del paso del tiempo

Sé que nadie es ajeno a la percepción del paso del tiempo cada vez más rápida. Los días se desenvuelven unos tras otros muchas veces sin tener total conciencia de su existencia...

Demás está decir que al momento de tener mil quinientas cosas para hacer (en tu cabeza), esa rapidez se torna un obstáculo odiado.

(Nota mental: es un muy mal momento para no tener una agenda todavía-Comprar una urgente!!!)

Desde un primer momento decidimos con mi novio que el famoso casamiento iba a ser un evento pequeño, sencillo... digamos, casi fugaz. Creo en el fondo que tenemos más ganas de pasar el momento que de vivirlo en sí. Conclusión sacada luego de observar la cara del susodicho al "cerrar el trato" con la Iglesia... Definitivamente vamos a pasarlo mejor después...

Pero en fin, hay que pasarlo. Y para pasarlo, hay que organizarlo. Cualquiera que me conoce un poco podrá decir que es una de mis especialidades. Pero cuando el tiempo está en tu contra, no es tan así.

Increíblemente no puedo llegar a tachar de la lista de quehaceres ni la mitad de las cosas escritas en una semana. Y los días continúan pasando...

Todo eso fue lo que llevó a un ataque casi de nervios cuando, muy confiada, comencé a llamar a las Iglesias nueve meses antes de la fecha considerada, y con una profunda sorpresa, me di cuenta que la gente se casa demasiado. SÍ!!! casi no tenemos horario!
Rapidamente organicé un encuentro con mi novio, a la salida del trabajo, en la primera Iglesia de la lista para que nos explicaran cómo carajo viene la mano (ninguno de los dos tiene la más mínima idea). Al cuasi ataque de histericismo que de por sí me caracteriza, mucho más en momentos como estos, se sumó que mi novio se perdió y llegó tarde.

Como nota al margen puedo decir que esto le sirvió de experiencia para recordar la próxima vez, que escucharme, algunas veces, no está tan de más...

Más allá del pequeño inconveniente, pudimos reunirnos. Al pedo. Porque decidimos casarnos en otra Iglesia mucho más acogedora.

Es así como ya estamos anotados en una muy cálida, que nos gustó a ambos.

El desorden de mis pensamientos palmados en este blog se condice con el estado que de aquí en más tendré y espero sepan comprender.

Conclusiones:

La gente se casa más de lo que uno piensa
Entrar en la Iglesia donde vamos a casarnos nos dio escalofríos a ambos
NECESITO comprar una agenda, analgésicos y un poco más de tiempo...