domingo, 16 de enero de 2011

El caos del paso del tiempo

Sé que nadie es ajeno a la percepción del paso del tiempo cada vez más rápida. Los días se desenvuelven unos tras otros muchas veces sin tener total conciencia de su existencia...

Demás está decir que al momento de tener mil quinientas cosas para hacer (en tu cabeza), esa rapidez se torna un obstáculo odiado.

(Nota mental: es un muy mal momento para no tener una agenda todavía-Comprar una urgente!!!)

Desde un primer momento decidimos con mi novio que el famoso casamiento iba a ser un evento pequeño, sencillo... digamos, casi fugaz. Creo en el fondo que tenemos más ganas de pasar el momento que de vivirlo en sí. Conclusión sacada luego de observar la cara del susodicho al "cerrar el trato" con la Iglesia... Definitivamente vamos a pasarlo mejor después...

Pero en fin, hay que pasarlo. Y para pasarlo, hay que organizarlo. Cualquiera que me conoce un poco podrá decir que es una de mis especialidades. Pero cuando el tiempo está en tu contra, no es tan así.

Increíblemente no puedo llegar a tachar de la lista de quehaceres ni la mitad de las cosas escritas en una semana. Y los días continúan pasando...

Todo eso fue lo que llevó a un ataque casi de nervios cuando, muy confiada, comencé a llamar a las Iglesias nueve meses antes de la fecha considerada, y con una profunda sorpresa, me di cuenta que la gente se casa demasiado. SÍ!!! casi no tenemos horario!
Rapidamente organicé un encuentro con mi novio, a la salida del trabajo, en la primera Iglesia de la lista para que nos explicaran cómo carajo viene la mano (ninguno de los dos tiene la más mínima idea). Al cuasi ataque de histericismo que de por sí me caracteriza, mucho más en momentos como estos, se sumó que mi novio se perdió y llegó tarde.

Como nota al margen puedo decir que esto le sirvió de experiencia para recordar la próxima vez, que escucharme, algunas veces, no está tan de más...

Más allá del pequeño inconveniente, pudimos reunirnos. Al pedo. Porque decidimos casarnos en otra Iglesia mucho más acogedora.

Es así como ya estamos anotados en una muy cálida, que nos gustó a ambos.

El desorden de mis pensamientos palmados en este blog se condice con el estado que de aquí en más tendré y espero sepan comprender.

Conclusiones:

La gente se casa más de lo que uno piensa
Entrar en la Iglesia donde vamos a casarnos nos dio escalofríos a ambos
NECESITO comprar una agenda, analgésicos y un poco más de tiempo...