miércoles, 6 de julio de 2011

El tiempo... el tiempo...

Sabía! sabía que iba a pasar tanto tiempo entre mi última y mi nueva escritura. Lo sabía hasta cuando comencé con este proyecto; y hasta creo haberlo advertido...

Como es de imaginar, a dos meses del casamiento las cosas están un poco más caldeadas. Así como los ánimos. Los nuestros y los de los demás...

La histeria y excitación que todo esto genera no tiene nombre, así como el nerviosismo. De todas maneras nos repetimos día a día: "hay que disfrutar el proceso" y es lo que tratamos de hacer.

Pensé que la búsqueda de vivienda iba a ser mucho más engorrosa de lo que fue. Sin embargo, estamos próximos a quedarnos con ella. Lo vimos, lo sentimos, nos vimos y nos decidimos. Creo que es la clave de una buena elección. Espero la vida opine lo mismo... Nos jugamos! Ya veremos los resultados...

Con esa cosa menos en la cabeza, nos podemos centrar en las cosas que faltan para EL día; y en cómo calmar reacciones ajenas. De todas maneras, mi psicóloga siempre me repetía que no se puede complacer a todo el mundo no? Con complacernos nosotros, me basta... Espero todos puedan compartir nuestra alegría, que es mucha; y nuestros nervios, que son otros tantos...

Mi modista me pone histérica. Porque me viene pateando una juntada para ir a terminar de comprar las cosas desde hace como un mes. ¿No se pone nerviosa? Evidentemente no. A diferencia mía. Las semanas pasan demasiado rápido. Entre eso y que a mí me ennnncannnta hacer las cosas con tiempo... estoy en una contradicción constante. De todas maneras, ella jura que se llega. Esperemos. Que lo termine o la muerte!!

Que estoy cansada, estoy cansada. Ansiosa más. Cagada otro tanto... pero feliz. Jugada y feliz.

Tengo que dejar de pensar en que todo tiene que salir perfecto ese día, porque va a ocurrir todo lo contrario... Lo único que no tengo que olvidar es de llevarle huevos a una monja!