viernes, 24 de octubre de 2008

Amo... a Doctor House


Amo mirar Doctor House...
Amo el personaje irónico, ireverente, desafiante, ácido y malo. Amo identificarme muchas veces con él.
Amo a Doctor House, todo él, su cara, su renguera, su maldad, su oculta sensibilidad, su bastón, su ironía, su sentido del humor.
Amo amar a una persona que no existe!

viernes, 10 de octubre de 2008

Odio... el camino al trabajo

Si bien trabajo desde hace un tiempo en mi confortable casita (lo cual no significa que no trabaje), esporadicamente mis obligaciones laborales requieren mi presencia en la empresa. Es por eso que sin más remedio emprendo el camino hacia la misma.
Todo parece indicar que los subtes son el medio más rapido y comodo para realizar la travesía. Esto sería totalmente así, si no tuviera que hacer la maldita combinación con la línea C.
Mi viaje hasta la estación Carlos Pellegrini, del subte rojo, es rutinaria, memorizada y amena, incluso cuando el colectivo 87 (el cual me lleva hacia Los Incas) demora en llegar.
Pero mi trayecto muta inevitablemente al bajar a la estación endemoniada de los mil caminos. Una vez aprendida la dirección que tengo que tomar, el tumulto de gente, los carteles inentendibles y la rapidez de los pasos pasan a un segundo plano en mi cabeza, logrando realizar absolutamente todo eso por inercia. Pero la situación se complica al acercarme a la estación combinada de la malefica Linea C. Tal es mi adversión a la misma que no recuerdo el nombre. Tal odio me provoca que procuro no hacer el mismo trayecto de vuelta.
Gente infinita, golpeadora, toqueteadora, gritona, inmensa, bruta... infinita. Ese subte se convierte en el Arca de Noé que nadie quiere perder. Y mi pequeña persona se encuentra entre ellas, creanme no por elección, sino por obligación y muchas veces en contra de mi voluntad.
Una vez allí, no hay tiempo de dudar, de querer esperar el próximo subte para que tu estadía en el mismo sea un mínimo mas cómoda. La presión popular te incluye en él, sea esta tu voluntad o no. No hay vuelta atrás.
Sumada a esta situción, las interminables curvas del trayecto, los movimientos sorpresivos y sin dudas bruscos del medio hacen intolerable mi viaje hacia la empresa. De más está decir, que el fin que justifica mi medio no es para nada agradable tampoco.

Odio la maldita línea C... odio tener que tomarla.

Amo... dormirrrr

Amo acostarme con mucho sueño y dormir profundamente...
Creo que es el único momento en el que encuentro tranquilidad. Incluso cuando tengo pesadillas. Amo soñar, amo soñar sueños largos, amor soñar sueños ridiculos y reirme de ellos al despertar. Amo acordarmelos cuando me levanto...
No pienso, no reflexiono, no sufro, no lloro, no me confundo cuando duermo. Cuando duermo estoy siempre bien.
Amo no tener que poner el despertador, porque amo dormir sin límites. Estar inconciente por horas.

Amo, amo dormir!

martes, 7 de octubre de 2008

Odio... no tener tiempo

Odio no tener tiempo para hobbys... Odio no poder leer por gusto, porque tengo que leer determinadas cosas por obligación, aunque muchas de ellas me terminen gustando.
Odio no tener tiempo de salir a caminar sin mirar el reloj, de ir a lo de mis amigas, de mirar una película...
Odio sentir que no tengo tiempo, cuando quizas soy yo la que no lo encuentra...
Odio odiar eso cuando se que lo voy a extrañar...

viernes, 3 de octubre de 2008

Odio... la ansiedad

A esta altura de mi vida ya creo suponer que nací ansiosa. Seguramente era una sensación que ya sufría desde la panza, lo cual me produjo nueve meses indisfrutables, con la ansiedad de querer salir... Como si lo de afuera hubiese sido mejor...

La ansiedad es definida como un estado que se caracteriza por un incremento de las facultades perceptivas ante la necesidad fisiológica del organismo de incrementar el nivel de algún elemento que en esos momentos se encuentra por debajo del nivel "adecuado"; o por el contrario, ante el temor de perder un bien preciado.
Cuando la rutina de tu organismo se ve colmada de situaciones que uno mismo ha creado como ansiosas, todo se vuelve insoportable.
Sin pecar de enfermiza con trastornos mentales (aunque muchos lo crean así, incluso yo misma), la ansiedad de llegar a un lugar instantaneamente, de terminar un libro, de que se haga la hora, de que llegue el día, de que te llamen, de llamar primero, de comenzar, de terminar, de saber más... rige mis simpaticos días.
Es esa maldita ansiedad la que no me deja disfrutar de muchas cosas por estar viviendo otras mentalmente que ni siquiera sé si llegaré a vivir realmente.
La sensación de vacío en la panza y de ahogo en el pecho son los peores síntomas que me han atormentado y que estuve, estoy y estaré tratando de controlar...
Logre ser mucho mas pancha de lo que era, y mucho de eso se lo debo a personas de mi vida que me contagiaron un poco...
Quizas con el tiempo logre ser el punto medio... o quizas mi panza siga mandando mis acciones...

Lo cierto es que mientras tanto... odio la ansiedad... la mía y la de los demás...

Polos Opuestos

Mi cabeza muchas veces es extremista. Me cuesta colocarme en un punto medio o ver el matiz de las cosas. Afortunadamente eso no es así para todo.
Sin embargo, cuando lo es, me encuentro amando u odiando visceralmente. Esos sentimientos encontrados pueden nacer de cualquier circunstancia o cosa y en contadas ocasiones se han dado simultaneamente. ¿Es eso posible?. Claro que sí... Un odio a amar... un amar odiar...

A partir de esta característica que no he desubierto recientemente, decidí crear este espacio, que seguramente abandonaré por tiempos indeterminados respondiendo a mi cualidad de inestable; para plasmar (o descargar) aquellos momentos en los que odio o amo algo o alguien; lo cual puede dar como resultado la mas delirante de las expresiones.

Como bien dice el subtítulo de este blog, a muchos puede no interesarle... pero esa es una de las cosas que me son indeferentes... Amo escribir y odio no hacerlo...

Dos polos opuestos en una cabeza opuesta a lo racional... Bienvenidos.