miércoles, 8 de diciembre de 2010

Tomar la decisión

Este blog no ha sido creado, en su momento, para nada parecido a esto. Cuando nació, no estaba ni en mi más remota fantasía el hecho que hoy me lleva a escribir esto. Pero la vida cambia, no?

Y aunque no me considero una persona ni cercanamente romántica, llegó el día en el que dije:
"Y bueno... hagámoslo".

Sí, no fue como en cuentos de hadas ni películas trilladas. Simplemente fue real. Porque el tomar la decisión de casarse con otra persona, no implica simplemente cosquillas en la panza, música de fondo y una imágen desvaneciéndose en un zoom de cámara fotográfica.
Implica (¿además?) cambiar un poco las percepciones anteriores que no sabíamos deshechadas y unificarlas con las de un "alguien", que en breve, será tu esposo...

He aprendido, viviendo en la pareja, que muchos de los sueños del otro, se convierten en los de uno mismo. Y mientras esto no sea patológicamente enfermizo... creo que está bueno.

Y así me veo hoy. Envuelta en circunstancias y conversaciones que no pensé tener jamás... pero llegaron.
Simbólicamente son especiales... pero demás está decir, que el camino que me llevará en aproximadamente algo más de nueve meses, a realizar este momento... va a ser arduo.

Y es por eso que este blog, sin ánimos de relatar romanticismos ni ideales, será mi manera de canalizar el caos (mental, físico y vaya a saber cuántos mas), que la organización de tal evento nos va a generar a todos los involucrados. Especialmente a mí.

Bienvenidos a mi descarga sobre cómo sobrevivir a la organización de un casamiento.
Lo único que espero es que mi casamiento sobreviva a este blog...
(Risas)