martes, 22 de marzo de 2011

Tic tac

No sé realmente por qué razón la gente se comporta como si determinada fecha fuera el límite de algo tan importante en la vida, que el transcurso hacia eso es sólo un tic tac.

Es muy difícil escapar de eso. De repente, hay que hacer muchas cosas "antes de septiembre". Y no me refiero sólo a encontrar la casa (¿?) que queremos, sino a pequeñeces que otros años han sido cotidianas y ahora se transforman en una carrera contra el tiempo.

"Tengo que terminar con mi tratamiento odontológico", "tengo que comprarme ropa ahora que puedo", "tengo que ir al oculista para el control anual", "tenemos que sacar el pasaporte", "tenemos que combinar nuestras obras sociales", "ir a buscar la extensión de la tarjeta de crédito", etc, etc, etc...

Todas estas cosas y muchísimas mas, hay que hacerlas antes del casamiento. Es como si después del casamiento, la rutina, obligaciones y responsabilidades de siempre, se fueran a desvanecer en el espacio para crear otras nuevas.

Con que se crean nuevas, no tengo dudas. Pero calculo que podremos seguir yendo al dentista, al oculista, comprarnos ropa o sacar el pasarporte.

De todas maneras, se quiere hacer todo, antes de ese día. Quizás, para empezar con esas "cosas nuevas", sin nada previo, sin nada "por hacer"... Como si hiciéramos de cuenta que nuestros dientes van a permanecer inmaculados como el sacramento y nuestros problemas de vista se detuvieran. Como si luego del casamiento, pudiéramos ignorar esas obligaciones molestas para dar prioridad a otras...

Sigamos engañándonos. Apuesto lo que quieran que a menos de un mes de haberme casado, tengo que ir a visitar a algún médico... o a comprarme ropa... o a buscar la extensión de la tarjeta que perdí...

domingo, 13 de marzo de 2011

Búsqueda...

Si tengo que decir que no soy insistente al momento de que las cosas salgan como quiero, estaría mintiendo... Y esta característica se traslada a cada uno de los aspectos que rodean el evento "casamiento"... lógicamente.

De todas maneras, esta transformación en el estado civil no sólo requiere organización en su ámbito propiamente dicho. Es decir, que mi insistencia en que las cosas salgan como quiero, no se refiere simplemente a la organización del evento en sí... Sino a todos los cambios que esto acarrea.

Luego del día propiamente dicho, viene la significación del matrimonio. Es decir, el matrimonio en sí. Y esto supone, no sólo una mudanza de cosas hacia otro lugar... sino el tener que hacerse de cosas que hasta ahora, creía inútiles. No por la función de las cosas en sí, sino porque escapan a mi entendimiento.

De repente me encuentro charlando sobre ollas a presión, Pyrex y acolchados con determinada cantidad de hilados...

Lógicamente a muchas de esas cosas no les presto la mayor atención todavía. Pero en otras, me encapricho a sobremanera.

En esta oportunidad estoy en búsqueda de un acolchado, no muy abrigado, pero no muy finito; negro liso, pero reversible, de otro color. Para una cama de 2 plazas y 1/2, que no roce el suelo y no sea muy gordo...

Créanlo o no, me está costando demasiado conseguirlo, principalmente a buen precio... Porque demás está decir que no voy a abonar $500 por un acolchado...

Así que mis días transcurren entre Mercado Libre, negocios de sábanas y mails...

Nunca pensé que esta cuestión se convertiría en un gran dilema para mí...