El comienzo de la noche no se hizo para que yo duerma. Sí el principio de la mañana. Una mañana que podría alargarse hasta el mediodía y seguir siendo mañana para mí.
El amor que le tengo a dormir a la mañana, es equivalente al odio que me provoca tener que levantarme.
Odio madrugar! Y odio tener sueño todo el día por eso. Odio no poder quedarme mirando televisión o leyendo hasta tarde, porque sé que las consecuencias al otro día pueden ser devastadoras. Como hoy. Como ayer que el sueño no quería presentarse y hoy no se va de mí. Como el tener que trabajar y escribir esto sin tener noción completa de lo que estoy haciendo... simplemente porque tengo sueño. Y tengo sueño porque tuve que madrugar.
Odio madrugar! Odio tener sueño y no poder satisfacer una necesidad tan natural como esta.
1 comentario:
A mí me pasa igual, y me levanto a las cuatro de la mañana. :-(
Publicar un comentario